lunes, 17 de diciembre de 2007

La caverna

José Saramago cuenta un claro ejemplo inspirado en el mito de La Caverna de Platón. Un hombre llamado Cipriano Algor y alfarero, con una hija casada llamada Marta, vive en una casa alejada de la ciudad, en el campo. Allí, se dedica a fabricar todo tipo de jarrones de barro que vende más tarde al Centro, un edificio situado en el centro de lo que sería la zona urbana.

Y aquí empiezan las anécdotas de
Cipriano Algor, al cual defino "el preso liberado de la Caverna". Tal nombre porque no hace falta decir que la Caverna es el Centro, al que muchos pueden ver como un simple centro empresarial, pero el que en realidad controla las vidas de sus alrededores. Puedo decir también que este tipo de sociedad dentro de una mayor es semejante a nuestra diaria realidad, y que hoy en día está sometida tanto a multinacionales como a gobernantes. También pienso que en muchas ocasiones la libertad debe verse "esclavizada" en cierto grado por el orden social y por leyes tanto morales como constitucionales. Pese a todo, son libertades distintas, en las que nadie debe ser forzado tanto directa como indirectamente(acciones del Centro en economía).

En la Caverna de Platón el preso es aquel que se libera y, a su vez, intenta conocer y aprender, así como transmitir sus conocimientos en los de su grupo minoritario. Por esta razón es asesinado por sus "iguales", pues niegan que pueda haber algo nuevo por miedo sus superiores, por lo que permanecen en la ignorancia. En el ejemplo de
Saramago, el Centro y sus dueños son aquellos que controlan tanto a su sociedad como aquellas que dependen de ellos, pues si dictaminan qué adquirir(como los jarros de Cipriano) tendrán el poder económico de tales. Es más, al ser una sociedad tan cerrada, rechazan todo aquello nuevo que podría dar una imagen distinta, de libertad, como los maniquíes del alfarero, volviendo así a la ignorancia colectiva que hay tanto en el relato como en la sociedad actual.

Por otro lado, mucha gente piensa que el gobierno es aquel que "manda", incluso sobre nuestras vidas, pero pienso que están equivocados, pues quien controla el dinero controla un país, y quienes lo controlan no son otros que las grandes
multinacionales y las empresas comerciales, que compran incluso las vidas, hasta tal punto que todo se basa en una especie de dictadura, como lo podría ser el Centro.

En mi opinión, todos somos presos de alguien, incluso de la propia rutina, esa marcada por unos "superiores" que nos dicen qué hacer o cómo hacerlo, pues pese a todos los avances que hemos hecho tenemos una moral primitiva en la que debemos sentirnos superiores para subsistir.

No hay comentarios: